Escritor, abogado y profesor en la Universidad de Chile. Ha publicado teatro, poesía y ensayo.
1-
O Goethe o Borges
Decía Goethe a Eckermann, a propósito de Las Madres que aparecen en su Fausto, que él —es decir Goethe— había leído sobre ellas en Plutarco, nada más, y a partir de esa lectura, es que había enriquecido la historia de aquellos seres. Puesto que creía conocer a cabalidad la tradición, podía adornarla bien, y decir a favor suyo: “Eso es todo lo que le debo a la tradición, lo demás es invención mía”. Dice, empero, Borges sobre la diosa gálica: “Es una cosa rota y sagrada que nuestra ociosa imaginación puede enriquecer irresponsablemente.” En este diferendo podemos notar al menos dos maneras de concebir el mundo.
2-
Kant guía a Dante
Kant dice que se necesita un sistema que pueda funcionar aunque rija a una sociedad de demonios, o sea, que no requiera de la virtud de sus ciudadanos. En esto hay un problema: el único sistema que puede regir a una sociedad de demonios es el Infierno.
3-
Herejía del Arcipreste de Hita
El apóstol San Juan dice que ninguna palabra sea agregada a la santa escritura ni ninguna quitada, y lo indica bajo las más horribles penas. El Apocalipsis termina así; su evangelio comienza aludiendo a las palabras de principio anterior a las palabras. El arcipreste de Hita dice, en cambio, en su libro del Buen amor, que aquel libro puede y debe ser modificado con nuevas palabras si aquella mutación implica hacerlo mejor.